martes, agosto 23, 2005

Roquetas. Final de una democracia que nunca lo fue

“La única cosa necesaria para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada”. Edmund Burke



“”Es injusto y miserable convertir al instituto armado en responsable, cómplice o remotamente implicado en la psicopatía de uno de sus elementos. No hay discusión en eso. Pero tampoco la hay en el hecho de que lo sucedido ha sucedido porque era posible. No se trata de una posibilidad en sentido estadístico, sino de la posibilidad en el sentido fehaciente del término. Se hace, porque se puede, porque hay potencia para hacerlo. Por qué es posible un crimen en un cuartel de la Guardia Civil, por qué puede hacerse, es algo que no concluye con las responsabilidades políticas ni con las criminales. Entra en el ancho mundo del conocimiento de las causas de lo que es posible y lo que no. Y ahí nadie pedirá explicaciones en cuanto pase el arrebato. Ahí la responsabilidad se difuminará en el ambiente pasivo que nos caracteriza.””Alejandro Gándara ‘El Escorpión’





Muy bien A. Gándara. Me encantó su artículo, especialmente este párrafo que él titula Tercer resultado. Cuánto pesa este pequeño párrafo. Quita la tapa al simulacro democrático y muestra las cocinas donde se guisa la bazofia que realmente consumimos en su lugar.

El crimen de Roquetas, entre otros muchos, es bestial, barriobajero, tercermundista. Pero lo que más nos debe preocupar, es el hecho de “que sea posible” su consumación desde instituciones cuya función es erradicarlo. No se trata de localizar, señalar y castigar al/los autor/res y punto. Lo realmente preocupante es que el sistema permite, institucionaliza que esto haya sido posible. Que siga siendo posible. Que va a seguir siendo, mas que posible.

Tengo el honor de que algunos guardias civiles me consideren entre sus amigos. No lo considero honor porque sean guardias, sino porque son mucho mejores personas que yo. Como muy bien apunta A. Gándara es de miserables generalizar, incluso mencionar al Instituto Armado de la Guardia Civil. No necesitan la defensa de nadie. Los hechos y su historia vocean por sí mismas. Asociaciones de guardias han salido a la palestra pidiendo castigos ejemplares para los autores, lo que aleja la vieja sombra del corporativismo incondicional.

Las fuerzas de seguridad del estado (FSE) las componen personas normales y corrientes con sus defectos y virtudes revueltos con sus manías. Todos reciben formación profesional y son asignados a distintos destinos. ¿Porqué entonces se producen comportamientos tan dispares entre profesionales con la misma formación? ¿O no? ¿Hay algunos con formación diferente y consignas diferentes para “trabajos” diferentes, e infiltrados entre los de verdad? De ser así esto nos conduce al sendero de la política.

Siempre me pregunté quién manda en los ministerios. ¿Por qué cuando cambian los partidos en el gobierno y a su vez estos hacen distintos cambios de gobiernos, sean de un color u otro, en la calle solo se nota más represión, coacción y presión fiscal?

La explicación que le veo es que, el imparable aumento en la densidad de políticos, funcionarios, apoltronados, iluminados, corruptos y “agregados”, ya no son autosuficientes con la recaudación por impuestos directos. Tienen necesidad imperiosa de conseguir dinero a costa de lo que sea, por lo que aumentan la presión fiscal, por diversos métodos que parezcan democráticos, sobre el cada vez mas estrujado y cabreado contribuyente. Necesariamente hay que prever unas medidas represivas paralelas que hagan imposible cualquier “movida” ciudadana. El Estado esta atrapado entre un espeso y viscoso entramado autónomo, cuyo crecimiento es imparable, con total desconsideración e independencia del ciudadano, del gobierno de turno, del país y de cualquier clase de régimen por el que éste aspire a regirse.

Un estado, solapando al Estado, que no tiene alternativa. Sobrevivir es su única meta. En ello emplea todos los medios y recursos, de todos, que cada vez son mas insuficientes. El político llega, se ‘arrellena’ en su poltrona y empieza a inventarse proyectos, normas, leyes, etc., etc., el estado-bis filtra todo y procede a eliminaciones, adaptaciones y reconducciones de forma que sean rentables para su existencia. Así lo imponen cada corto periodo de tiempo. El dinamismo legislativo y fiscal es paralelo al crecimiento imparable del estado-bis, lo que cada vez con más evidencia deja al descubierto el esqueleto del espantajo que en su día vendieran como democracia, cuando en realidad solo fue un perfecto negocio empeñado en mantener su nivel de ganancias explotando “ganado” sobre-explotado. El gran jefe político es feliz con su buen sueldo vitalicio, sus encuestas regaladas y su prensa propiedad de sus acólitos, que le cuenta lo que desea oír. Mientras, el estado-bis engorda y crece comiéndose al Estado y asfixiando y aprisionando a la ciudadanía contra los límites de su perímetro existencial, que inexorablemente provocará el estallido cuando las FSE ya no puedan contener lo inevitable.

Creo que ya lo tenemos bastante mal, a pesar de la inyección de dos millones de nuevos explotados. ¿Como lo tendremos cuando no dispongamos de los fondos de cohesión?

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